En un pronunciamiento del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA), denunció que la jornada electoral del pasado domingo no tuvo las «garantías democráticas» y se dio sin la presencia de observadores internacionales confiables
Luego que las elecciones electorales de Nicaragua dieran como triunfador al presidente Daniel Ortega, para un quinto mandato consecutivos, varios organismos han solicitado a las instituciones democrática de Estados Unidos (EEUU), Canadá, Europa y los países de Latinoamérica denunciar con “firmeza” el carácter «antidemocrático» de este acto electoral y llamar a desconocer sus resultados.
La declaratoria fue dada por la Fundación Democracia y Desarrollo; Kevin Casas Zamora, secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA) y la Fundación Fernando Henrique Cardoso, en el marco del recordatorio a la vigencia de la Carta Democrática que todo el hemisferio aprobó hace dos décadas para dar un cauce de legitimidad a la vigencia de la democracia en la región.
Otras de las peticiones dada por los grupos, se encuentran:
- Hacer un llamado a todos los gobiernos de la región para que asuman la gravedad de estos hechos e instruyan a sus Cancilleres en colocar la situación de Nicaragua como tema prioritario en la próxima Asamblea General de la OEA, organizada por Guatemala de modo virtual entre el 10 y el 12 de noviembre, y se adopten allí todas las medidas pertinentes establecidas en el sistema interamericano.
- Profundizar el aislamiento internacional del régimen, incluida la suspensión de Nicaragua de la OEA vía la aplicación del artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana.
- Exigir la inmediata liberación de todos los presos políticos, la plena vigencia de los derechos humanos, el cese del estado policial, el restablecimiento del orden constitucional y la urgente reapertura de un proceso de negociación para buscar una salida pacífica y electoral a la crisis.
- Solicitar a los organismos de derechos humanos de las Naciones Unidas y de la OEA continuar monitoreando la situación de los derechos humanos en Nicaragua y elaborar informes periódicos para actualizar la evolución de estos.
- Apoyar desde la comunidad internacional a los actores políticos nicaragüenses en los esfuerzos que les cabe hacer, para lograr un mínimo de convergencia y unidad de acción frente a un gobierno que ya no oculta su carácter dictatorial.
- Suspender todos los programas o negociaciones en el seno de las instituciones financieras internacionales y regionales en tanto las condiciones mínimas de vigencia de la institucionalidad democrática no retornen a Nicaragua. Ello sin alterar los programas de asistencia humanitaria en favor de la población nicaragüense
Con información de La estrella de Panamá