Los recientes anuncios gubernamentales de incentivo a los biocombustibles en Bolivia despertaron gran entusiasmo en el sector empresarial privado y deberían ser seguidos por estímulos claros para la inversión, dijo el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
«Celebramos estas acciones gubernamentales y solicitamos que se considere al sector privado con incentivos para más inversiones orientadas a sustituir los combustibles fósiles importados por combustibles verdes de producción nacional», declaró Rodríguez en diálogo con reporteros.
El experto añadió que las importaciones bolivianas de combustibles sumaron más de 1.100 millones de dólares en los diez primeros meses de este año, más de la mitad de lo que el país recibió en el mismo período por el bombeo de su principal hidrocarburo, gas natural, a Argentina y Brasil.
En ese marco, destacó un acuerdo reciente entre el Gobierno y el sector agroindustrial para incrementar a 160 millones de litros las compras de bioetanol que la petrolera estatal YPFB hará en 2022 para incorporarlo en las gasolinas para automóviles.
El etanol es producido principalmente como derivado de la industria de azúcar de caña concentrada en el departamento oriental de Santa Cruz.
En esa misma región, según confirmó el Gobierno, YPFB impulsa la construcción de una fábrica de biodiésel, que convertirá en combustible para motores a una combinación de aceites vegetales y aceites domésticos usados.
«La industria estatal de biodiesel debe complementarse con incentivos para que el sector privado, así como hizo en la industria sucroalcoholera, invierta y genere un producto final como biodiésel para que vayamos bajando el combustible negro y reemplazándolo por el verde», sostuvo el experto.
El incentivo a los biocumbustibles, indicó Rodríguez, permitirá un importante ahorro de divisas con beneficios adicionales en la calidad del combustible, menor daño ecológico, más empleo agrícola e industrial y más ingresos para el Estado.
Estos planes consolidarán el efecto positivo del crecimiento de las exportaciones, incluidas las del sector agroindustrial, que en los diez primeros meses de 2021 dejaron un superávit de casi 1.600 millones de dólares frente al déficit registrado entre 2015 y 2020, concluyó.
Con información de SPUTNIK