El Parlamento boliviano sancionó el presupuesto nacional para el año próximo, presentado por el Gobierno de Luis Arce, que refuerza el control estatal de la economía y prevé un crecimiento de al menos 5,1% del Producto Interno Bruto (PIB), según anunció el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez (oficialista).
«Se han desvirtuado las observaciones de algunos opositores y se han confirmado las coincidencias para aprobar un presupuesto que sube notablemente los recursos para salud y educación y destina inversión pública sin precedentes para el sector productivo; ahora solo falta la firma del presidente [Luis] Arce», dijo Rodríguez.
El líder del Senado confirmó, en un comunicado, que la norma fue sancionada el 15 de diciembre y enviada este jueves, 16 de diciembre, a presidencia para su promulgación.
La firma del presidente se da por descontada porque el programa financiero que él propuso al Parlamento fue aprobado con apenas unos ajustes de detalle.
La ley se sancionó en el Senado sin cambios, luego de ser aprobada en la Cámara de Diputados, en ambos casos con los votos de la mayoría oficialista del Movimiento Al Socialismo y algunos votos de la oposición conservadora.
El Presupuesto 2022 tiene como objetivo «continuar con la reconstrucción de la economía, de transformar el aparato productivo a través de la industrialización y de la sustitución de importaciones», dijo la directora de Programación y Gestión Presupuestaria del Ministerio de Economía, Verónica Casablanca, citada por la agencia estatal ABI.
El gasto total previsto es de 235.000 millones de bolivianos, unos 33.770 millones de dólares.
Si se incluye a las empresas públicas, el monto asciende a 304.000 millones de bolivianos, unos 43.380 millones de dólares.
Por otra parte, prevé un crecimiento del PIB del 5,1%, frente al 4,4% proyectado para 2021 y en gran contraste con la caída de -8,8% registrada en 2020.
Las inversiones públicas serán de 5.015 millones de dólares, un 25% más que en el presente año, la inflación acumulada llegará a un máximo de 3,4% y el déficit fiscal bajará a 8,0% del PIB, desde el 9,7% de este año, según prevé la norma aprobada.
El cambio monetario seguirá en 6,96 bolivianos por dólar a la compra, tasa que se mantiene sin cambios desde hace más de una década.
Con información de SPUTNIK