El testimonio del máximo líder del Clan del Golfo, Dario Antonio Úsuga, alias Otoniel, contradice lo que el Gobierno anunció hace dos meses como uno de los mayores golpes a la criminalidad del país. Pese a que el Ministerio de Defensa aseguró que la Fuerza Pública lo capturó tras un megaoperativo, el capo dijo ante la Jurisdicción Especial para la Paz que se trató de una entrega voluntaria para que le respetaran la vida, y no de un aprehensión.
Ante la polémica, la Presidencia salió a defender en bloque la veracidad de la operación. Hubo declaraciones desde el Ministerio de Defensa y la Policía Nacional hasta el mismo presidente Iván Duque. “¿Qué va a decir esa sabandija cuando esté en Estados Unidos? (..,) Él sabe cómo lo capturaron y hasta dónde le llegó la Inteligencia”, dijo el jefe de Estado.
El anuncio de la captura se dio el pasado 23 de octubre y fue catalogado por el presidente Duque como uno de los mayores logros de la Fuerza Pública durante la última década. Incluso, el mandatario llegó a compararlo con el del narcotraficante Pablo Escobar, por lo que se convirtió en la noticia nacional e internacional más importante de esa semana.
Pero las especulaciones de si tratarse de una entrega empezaron a llegar desde ese mismo día, pues la posición tranquila y la ropa de Otoniel –aparentemente limpia– no daban cuenta de una batalla entre los hombres de seguridad del narcotraficante y los militares que lo acorralaron.
Tras esas especulaciones, el director general de la Policía, Jorge Luis Vargas, defendió a su institución este martes asegurando que el hecho de que el máximo cabecilla del Clan del Golfo no se hubiera enfrentado a los militares “no le quitaba méritos a la captura”.
De igual modo, bastaron menos de 60 minutos desde que se conoció la noticia para que el ministro de Defensa, Diego Molano, también diera declaraciones sobre lo sucedido. “Nada de que alias Otoniel se entregó, aquí lo que hubo fue una captura por parte de la Fuerza Pública”, aseveró el funcionario.
Sumado a eso, las autoridades insistieron en que para la operación Osiris –encargada de dar con el paradero de Otoniel– se desplegaron 19 aeronaves, dos plataformas de Inteligencia y seis equipos técnicos de señales. Todo esto, según el general Vargas, con la cooperación de 700 policías y militares.
Ante la JEP, Otoniel también le dijo a los magistrados sobre una supuesta disposición del Clan del Golfo para entablar diálogos de paz y desmovilizar la estructura criminal. Sin embargo, reconoció que no ha podido hablar con nadie desde que fue enviado a una cárcel de Bogotá, por lo que no ha vuelto a hablar con los integrantes del grupo.
En un tono sarcástico, Molano le advirtió que “aquí no se puede venir a hablar de negociaciones de paz”, y que “con terroristas y con narcotraficantes no se negocia”.
En todo caso, esta no sería la primera vez que Dario Antonio Úsuga busca llegar a acuerdos. Además de un intento de proceso de paz que se llevó entre el Clan y el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, entre finales de 2017 y principios de 2018, EL COLOMBIANO logró establecer días después de la captura – el 31 de octubre de este año- que ya se venía acercando a la DEA antes de su captura en el Urabá antioqueño para buscar una reducción de su condena en Estados Unidos, donde dos cortes federales lo han pedido en calidad de extraditado
Con información de El Colombiano